La Moneda, nombre curioso para una casa de gobierno fue incendiada y destruida después de albergar a veintitrés presidentes de la República y de haber permanecido en pie durante siglos de historia. La destrucción de este cuerpo arquitectónico fue el preámbulo de lo que sucedería a lo largo de los siguientes años con otros cuerpos, otros edificios, otras arquitecturas de pensamiento, de acción y relación. ¿Cómo recordar la sed? se presenta como un ensayo sobre los escombros del tiempo y la historia. Porque, ¿cómos seguir recordando cuando las estrategias de memoria desde el mundo de la creación han fracasado? Las respuestas a ese desafío no son sencillas, pero hay que enfrentarse al reto. El teléfono suena en el salón presidencial. […] El presidente contesta el teléfono y comienza a pronunciar las palabras que configurarán su testamento político. […] Habría un después, eso dejaba entrever en sus palabras. y en ese después, lo sabemos, aún lo esperamos, se abrirán las grandes alamedas.